En
el Renacimiento, fue considerado un libro moral, que enseñaba las
virtudes a desarrollar por el hombre, tal como consta en el Tarot Mantegna pintado el año 1465.
Se trataba claramente de un juego educativo que representa una
concepción del mundo típica de la Edad Media, es decir un cosmos en
miniatura expresado por cinco grupos.
Dicho Tarot, atribuido, aunque su autoría no ha sido confirmada, al famoso pintor italiano Mantegna, nos conduce a la pista de que era usado como un método de enseñanza de las verdades Espirituales.
Este juego, como otros de la época, se habría inspirado en el Tarot de
Marsella, de origen Medieval, que nos detallará estas enseñanzas como un
camino progresivo, hasta alcanzar el estado de plenitud o realización
en la carta 21, el Mundo.